02 de octubre de 2025                                                                                                                                                                                                                                 Judit Vidal 

Cala Vento y la autogestión de tu música

Este año Cala Vento cumple una década como formación musical. Ellos son Aleix Turon y Joan Delgado, dos amigos que en 2015 ganaron un concurso y lograron grabar su primer EP: Unos poco y otros tanto. Tras cuatro discos, en 2019 deciden formar su propio sello discográfico - Montgrí - y con ello autogestionar su música.

Una idea que artistas como el Kanka (A Volar Music) o Los Punsetes (Sonido Muchacho, fundada por Luís Fernández) también tuvieron en su momento. Pero si hablamos de referencias, son El Último de la Fila en quién se inspiran Cala Vento, pues Quimi Portet y Manolo García fundaron en 1990, y con la ayuda de EMI, Perro Records. Este sello pretendía ayudar a la banda a trabajar en sus discos con mayor libertad.

Es en esa línea en la que empezaron a apuntar Turon y Delgado hace cinco años, y desde entonces con su sello han producido discos como Los Cielos Cabizbajos (2019) de Lagartija Nick, Aristocracia y Underground (2020) de Los Manises o los dos últimos de los increíbles Biznaga: Bremen No Existe (2022) y ¡AHORA! (2024). Además de los álbumes de Cala Vento desde ese año, Balanceo (2019), el espectacular Casa Linda (2023) o el disco de versiones para celebrar su décimo aniversario Brindis (2025).

Gozando ya de cierto renombre como sello, Cala Vento se encuentra en un punto en el que se pueden permitir hacer y deshacer a su estilo sin ataduras con nadie, obteniendo mayor libertad creativa y formando parte de cada decisión relacionada con su música e imagen. Algo que no todos los artistas pueden permitirse. Aun así, sirve como precedente el que ellos hayan invertido en crear su propia marca, autogestionándola de manera brillante - si me permiten reconocer-.

Como dejaron claro en su entrevista para Muzikalia en 2023: “Nosotros hemos trabajado muchos años para que este camino tenga sentido. Vamos a tocar mucho a las salas, nunca pedimos cachés desorbitados, sino que pedimos lo que creemos que podemos generar en ese lugar… Esta es nuestra actitud y nuestra política de empresa, porque creemos que es la que se puede aplicar siempre bajo cualquier circunstancia y que no vamos a depender de nadie. O sea, no hay nadie que pueda comprarnos. ¿Quieres programarnos en este festival? Páganos esto. ¿Qué no nos pagas esto? Pues ya haremos un concierto en sala y ganaremos lo mismo.”

Un manifiesto que se toman a rajatabla y que arroja luz sobre aquellas bandas que tienen mucho potencial, pero se ven limitadas a la hora de buscar alguien que les ayude a distribuir y gestionar su proyecto. El hecho que existan sellos que acojan música que no tiene tanta entrada en lo mainstream nos ha permitido y nos permite conocer a artistas excepcionales como Tiburona, Biznaga, los ya gigantes Carolina Durante, Cariño o el Buen Hijo.

De la misma manera, este tipo de discográficas nos brindan la oportunidad de conocer bandas como Cala Vento en su máximo esplendor, sin limitaciones, entendiendo que para ellos no hay techo creativo. Ahora que se encuentran celebrando su década, recomendamos el mencionado Brindis (2025), con versiones de “Insurrección” (El Último de la Fila) o “Pau” (Els Pets) que son reliquias, así como temas tan pegadizos como “Ferrari”, “Equilibrio” o “¿Qué hay del placer?”.

Fotografía de promoción de Montgrí

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