08 de julio de 2025                                                                                                                                                                                                                                      Judit Vidal 

El fenómeno Fontaines DC no ha hecho más que empezar

Por el gigantesco Finsbury Park de Londres han realizado directos una infinidad de bandas de renombre como Pulp, The Cure o los Stone Roses por nombrar algunos del mismo país y género. Normalmente, cuando llegas ahí lo haces después de muchos años de carrera y a modo de celebración nostálgica por lo vivido. En el caso de los Fontaines DC es algo distinto. A pesar de que lleven tocando desde 2017, su trayectoria internacional tan solo acaba de empezar y están recogiendo los frutos de lo que han sembrado todos estos años. Así, su pasado sold out el sábado 5 de julio en el Finsbury es una auténtica premonición sobre el futuro que les espera.

Nervio, rabia y profesionalidad caracterizaron su hora y cuarenta minutos de directo en uno de los conciertos más importantes de sus carreras hasta la fecha. Con unos teloneros que empezaron al mediodía e iban desde la plácida estadounidense Blondshell, los controvertidos raperos Kneecap (actuación en la que Grian Chatten apareció para cantar su tema conjunto “Better Way To Live”) o hasta los eléctricos Amyl and the Sniffers, a estos últimos tenía muchas ganas de ver y confirmaron mis sospechas de que darán mucho que hablar. Son realmente explosivos.

Hacia las nueve menos veinte de la noche estaba todo el parque ya abarrotado y esperando ver a la banda del momento. En medio de la espera podías detectar el ansía de los ingleses por verles y lo mucho que les aprecian, especialmente por su innegable talento musical y, por supuesto, por su valentía a la hora de utilizar el altavoz del que disponen. En todos sus conciertos se posicionan en contra de Israel y defienden los derechos del pueblo palestino. Las pantallas se apagaron y empezó a sonar “Starburster/In Heaven (Lady in the Radiator Song)”, la versión del tema de la película Eraserhead (1977) de David Lynch entremezclada con la melodía suave y letra de unos de los temas más conocidos de la banda: “Starburster”. Así abrían un eléctrico directo que estuvo plagado de momentos para recordar. Aparecían todos los miembros de la banda sobre el escenario y bajo el enorme corazón rosa, en este caso plateado, que protagoniza la portada de Romance (2024). Todos menos Grian Chatten, su hipnótico cantante que apareció unos segundos después que el resto saltando de esa forma tan particular que tiene y con una camiseta de Sinéad O’Connor, dejando claro de dónde viene.

La mística “Here’s the Thing” fue el primer tema cantado, una canción que el público coreó, saltó y bailó mientras los dos impresionantes guitarras Carlos O’Connell y Conor Curley empastaban el reconocible riff. De estos tienen muchos, en los que, a veces, colabora Chatten con la acústica. “Big” o “Boys in the Better Land” de su álbum debut son algunos de los ejemplos del evidente talento musical que manejan con soltura. Uno de los puntos que más disfruto de esta banda es su presencia escénica y la seguridad que emanan en el escenario, nada les impone y probablemente esta confianza les venga de los miles de bares en los que habrán tocado. Sin ir más lejos, al lado del parque estaba el The Finsbury Pub, dónde unos años atrás fue el primer local de Londres en el que tocaron y en su momento lo hicieron para tan solo veinte personas. Los cinco miembros son un perfecto tándem que no ha sufrido ninguna baja desde que empezaron en 2017. Si lo piensas es lógico porque cada uno de ellos aporta algo muy especial, Grian es puro enigmatismo en el escenario, Carlos O’Connell es esa fuerza guitarrera que no puedes parar de sentir en todos los temas, Conor Curley aporta frescura y originalidad en sus líneas, el batería Tom Coll ofrece un control inigualable del instrumento y el bajista Conor Deegan III tiene una serenidad que se refleja en sus melodías.

Pero volvamos al directo. De su segundo álbum A Hero’s Death (2020) se acordaron de “Televised Mind”, muy en la vibra new-wave de Joy Division o Happy Mondays, y de “A Hero’s Death”. Viajaron también por quizá su disco más oscuro Skinty Fia (2022) con “Big Shot”, “Roman Holiday”, “Jackie Down the Line”, “Nabokov” y la canción de amor no al uso “I Love You”, para la que aprovecharon la mención a un genocidio en su letra para proyectar en la pantalla “Free Palestine!”, además de un texto que culpaba a Israel de estar realizando uno. Está claro que son un grupo que intentan ser cercanos a la vez que mantienen una cierta distancia con el público, además de su intento siempre de visibilizar causas injustas mediante el uso de la atención mediática de la que ahora disfrutan. Son humildes y saben lo que les ha costado llegar hasta aquí, por eso no se olvidan de sus raíces, de su natal Dublin y concretamente el barrio en el que algunos de ellos crecieron, The Liberties, y para el que tocaron uno de sus primeros sencillos como banda “Liberty Belle” con la bandera irlandesa de fondo. En cuanto al álbum que les ha traído mayores alegrías, repasaron casi todas sus canciones. Es cierto que todas tienen algo especial y consiguen quedarse en tu memoria.  Desde la pretenciosa “It’s Amazing to Be Young” a la contundente “Desire”, la que dedicó O’Conell a su mujer e hija “Horseness is the Whatness” o a la que dedicó Chatten a su prometida y que supone una de las más bonitas del álbum por su tono familiar: “Favourite”. También pasaron por la rebelde “Death Kink” con su coreado “shit/shit/shit/battered” y la perteneciente a la edición extendida de Romance: “Before You I Just Forget”.

Con un pequeño interludio dónde incluyeron un visual de diez minutos con la puerta del ascensor de la icónica “The Shining” (1980) de Stanley Kubrick, que ya utilizaron en la promoción del concierto el año pasado; y un cerdo, figura que se empezó a relacionar con la banda tras el original videoclip de “Starburster”; descansaron para encarar la parte final del directo, uno que marca un antes y después en sus carreras. En los últimos quince minutos tocaron la estrambótica “Romance” y la más clásica y cruel “In The Modern World”, con la que se acabaron de despedir de los 50.000 asistentes que habíamos acudido a verles al legendario Finsbury Park. Los miembros de Fontaines DC se fueron como vinieron, tranquilos, agradecidos y preparados para el siguiente reto, dejando claro como en su primeriza "Big": "My childhood was small/but I'm gonna be BIG". Y tanto que lo serán. 

Fotografía promocional del concierto en Finsbury Park en agosto de 2024

Fotografía por: Georgina Hurdsfield / @tinyraindropphotography

Cartel promocional del concierto